jueves, 21 de abril de 2011

Visita a Jesús Sacramentado


Visita de Amor a Jesús Sacramentado
(Santa Margarita Ma. De Alacoque)



¡Oh Señor mío Sacramentado! Mírame aquí en tu adorable presencia. Vengo a bendecirte y alabarte en unión de los Ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina. Vengo a consagrarte esta Hora Santa, gozándome de estar aquí, a gustar de tu compañía y a conversar contigo, que tienes Palabra de Vida Eterna.
Si Dios mío, quisiera contemplarte a través de la Hostia Santa con el tiernísimo afecto con que te miraba tu Madre: con aquella devoción con que te seguían tus discípulos, y muy singularmente en discípulo Amado, cuando la noche de la cena reclino su cabeza sobre tu ardiente Corazón. Me siento feliz de Hallarme  junto a ti, quiero aprovechar todos los momentos de esta Hora Santa para hacerte compañía, que tu presencia me hace tan agradable. Concédeme,  oh Jesús, no dormirme como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima de tu agonía en el Huerto de los Olivos.
Mírame, Señor soy tu hijo, a quien tantas veces has alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre. ¡Señor! Vuelve hacia mí tus Ojos Misericordiosos; pon en mis pensamientos una ráfaga de luz de tu Rostro, y en mi corazón una centellita siquiera del Fuego que abraza tu dulcísimo Corazón. concédeme, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de aquellas palabras de David: “es mejor una hora en tu casa, que mil años con los pecadores”
¡Oh Jesús! Por mis pecados, los de mis padres, hermanos y amigos, y por los del mundo entero: Perdón Señor, Perdón.
Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores: Perdón Señor Perdón.
Por las blasfemias; por la profanación de los días Santos: Perdón Señor Perdón.
Por las impurezas y escándalos: Perdón Señor Perdón.
Por los hurtos e injusticias, por las debilidades e irrespetos humanos: Perdón Señor Perdón.
Por las desobediencias a la Santa iglesia: Perdón Señor Perdón.
Por los crímenes de los esposos, las negligencias de los padres y la falta de respeto de los hijos: Perdón Señor Perdón.
Por los atentados contra el Romano Pontífice: Perdón Señor Perdón.
Por las levantadas contra los obispos, sacerdotes, religiosos y sagradas vírgenes: Perdón Señor Perdón.
Por los insultos a tus imágenes, profanación de los templos, abuso de los Sacramentos y ultrajes al Augusto Tabernáculo: Perdón Señor Perdón.
Por los crímenes de la prensa impía y blasfema, y por las horrendas maquinaciones de las sectas tenebrosas: Perdón Señor Perdón.
Por los justos que vacilan, por los pecadores que se resisten a la Gracia, y por todos los que sufren:¡Piedad, Señor Piedad!
¡Perdón Señor, y piedad por el más necesitado de tu Gracia; que la luz de tus Divinos Ojos no se aparte jamás de mí; encadena la puerta del Tabernáculo a mi inconstante corazón; dame a sentir algo de del calor Divino de tu pecho, y que nuestras almas se derritan de amor y arrepentimiento.

Amén.

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