¡HOY ES EL DIA!
Hoy es día de felicidad para creer en Jesús, porque recordamos el día que el resucito.
El murió pero resucito para nosotros, vino a dejarnos una enseñanza y a darnos oportunidades, el resucito y está vivo, pidiéndonos que esa luz que es el, no la dejemos apagar, en la actualidad nos estamos dejando llevar por trivialidades, y lo estamos abandonando.
Él es la luz, y cada acto negativo nuestro, va opacando esa luz tan grande que nos dejó, nuestros actos están dejando en la obscuridad esta tierra que Dios nos regaló.
Estamos dejando que el enemigo de Dios, llene nuestras mentes de barbaridades, el mundo está en nuestras manos, Dios nos lo dio, pero no para destruirlo, nos dio un cuerpo, y tampoco para destruirlo, y justo es lo que estamos haciendo.
Se dice de profecías de destrucción, y nos entra la curiosidad si eso va a pasar, pero no nos preocupamos, o mejor dicho, no nos ocupamos de cambiar, hay quien empieza a sufrir desde ahora, pero no se ocupa de hacer cambios en su diario vivir.
Si todos hiciéramos cambios en nuestro diario vivir, en este momento, solo pensemos, cuantos millones de habitantes adultos en la tierra hay, si por cada adulto que hiciera una cambio en su diario vivir, pero diario, constante ¿cuánto cambiaríamos este planeta? ¡Muchos cambios!
De nada sirven los avances en ninguna área de la modernidad, de nada sirve que se trabaje y se hagan tesoros económicos para nuestro futuro y el de nuestros hijos, si quizá no tengamos futuro, recuerden, si bien es cierto Dios nos dio esta tierra, también es cierto que le pertenece a él y nosotros también le pertenecemos a él, y en el momento que el vea que no aprovechamos este regalo, que pasa, ¡pues nos lo quita!
Así como cuando le compramos un carro a nuestro hijo, si se porta mal y no lo cuida, que hacemos, ¡pues se lo quitamos! Cuando nos dan un trabajo, muy bueno trabajo, pero faltamos, llegamos tarde, no lo cuidamos, que pasa, pues ¡nos quitan el trabajo!
Así puede hacernos Dios, quitarnos lo que nos dio y no lo cuidamos, y no podemos renegar infantilmente porque somos adultos no niños, ¿qué tenemos que hacer? ¡Consciencia!
Creo que ya es tiempo, o quizá no nos quede mucho tiempo, pero nada perdemos con intentar pedir perdón a Dios por nuestros monstruosos errores que hemos cometido, y empezar a ocuparnos, ojala este consejo alguien lo lea y tome conciencia, que yo por mi cuenta tratare de hacer cambios en mi diario vivir.
Que Dios les ilumine con su gran luz, toda su vida.
Así sea...